Se parte de chapa de acero especial, laminada a diferentes espesores, y que procede de las principales siderurgias mundiales.

La chapa es transformada mecánicamente mediante prensas, para conseguir los distintos formatos de las piezas que seguidamente serán soldadas con otros productos y posteriormente decapadas y esmaltadas.

La técnica de repulsado consiste fundamentalmente en la deformación por rotación de todo tipo de metales sin la necesidad de costosos troqueles ni cordones de soldadura. 

El material de donde partimos lo transformamos mediante prensas en desarrollos circulares para posteriormente deformar y conseguir la forma deseada.

De este modo, se consiguen formas de gran dificultad partiendo de materiales con mayores espesores de los que se podrían deformar en máquinas convencionales. El espesor inicial se estira hasta obtener la altura deseada pero manteniendo inalterable el volumen de material.

Para deformar en frío espesores de chapa St-37 que van desde los 0,5mm hasta los 1,8 mm y diámetros de disco de 10 a 800mm. La incorporación del control numérico a las máquinas de repulsado permite lograr formas realmente complejas y no sólo componentes cilíndricos o cónicos.

2.1 Desengrasado

La finalidad del desengrasado es eliminar los materiales exógenos presentes sobre la superficie del acero, procedentes de etapas de proceso previas: aceites de protección, aceites de embutición, polvo. Por lo tanto, el desengrasado es una etapa muy importante del proceso de preparación superficial.

Existen diversos parámetros que se deben controlar:

• La naturaleza del producto desengrasante.
• La temperatura de desengrasado, que debe situarse entre 60 y 90°C en función del proceso utilizado.
• La concentración del producto desengrasante (45 a 50 g/l).
• El pH de las cubas de desengrasado.
• El tiempo de tratamiento (15 minutos en inmersión –unos minutos en aspersión).
• La acción mecánica, si procede (agitado del baño o presión de aspersión).

El proceso más frecuentemente utilizado es el desengrasado alcalino. Las soluciones alcalinas pueden producir tres acciones físico-químicas diferentes:

• Saponificación: los cuerpos grasos se disuelven en contacto con una solución acuosa de sosa o de potasa, formando jabones solubles.
• Emulsión: los fosfatos o silicatos provocan la dispersión de las grasas en finas gotas.

2.2 Aclarado

El aclarado es el proceso posterior al desengrasado puede realizarse en una o varias etapas:

• un único aclarado con agua caliente (60 a 70°C) en el caso de procesos que incluyan un tratamiento superficial posterior (decapado, etc.)
• aclarado con agua caliente, agua fría y agua desmineralizada, en el caso de procesos sin tratamiento superficial posterior.

2.3 Decapado

La finalidad del decapado es producir un ataque sobre la superficie de acero con el objetivo de aumentar su microrugosidad y, por lo tanto, su reactividad, lo que favorece la adherencia del esmalte. Generalmente, el decapado se realiza con ácido sulfúrico concentrado (H2SO4) y el ataque químico incide principalmente en el contorno de los granos. La intensidad del decapado se mide en función de la pérdida de hierro.

El esmalte es una mezcla de arcillas y compuestos metálicos, preparada en nuestros talleres, que se aplica sobre la superficie de la pieza para posteriormente someterla a un tratamiento de elevadas temperaturas (más de 800 ºC), para conseguir su cocción o vitrificado idóneo.

En ese estado, la pieza final adquiere una capa dura, brillante, de vistosos colores, altamente resistente a la temperatura y agentes químicos lo que la hace especialmente adecuada para cocinar en cualquier tipo de cocina a la vez que decorativa.

Nota: los decapados, desengrasados y esmaltados se realizan introduciendo la piezas metálicas en baños electrolíticos, a diferentes temperaturas, donde se produce el intercambio iónico.

Las electrolisis se realiza por medio de unos equipos denominados rectificadores de corriente que transforman la corriente eléctrica alterna en continua. Los procesos térmicos utilizan como fuente de energía gas natural.

Podemos plantear tres puntos evidentes entre los cuales se plantea nuestro proceso productivo: Producción, distribución y comercialización.

El propósito del sistema de empaque es facilitar el acopio, empacado y clasificación de mercancías para su envío, protegiéndolas de riesgos físicos y ambientales durante su almacenamiento, transporte y el consumidor lo adquiera garantizándole que éste se encuentra en las mismas condiciones de calidad que tenía en el momento de su fabricación.

Para ello se utiliza maquinas de retractilado y precintadoras de cajas.